Concepto

MODOS DE HABITAR / Concepto 2020
Estrategias y deseos en el habitar contemporáneo

“Solo como poeta habita el hombre en esta tierra.”
F. Hölderlin

 

Habitar:

1. Vivir habitualmente en una zona o lugar determinados.

2. Ocupar una casa u otro lugar y vivir en él.

3. Sinónimos: Poblar, vivir, anidar, estar, alojarse, establecerse.

Habitamos infinitos mundos. Aquellos que tienen forma, aquellos invisibles, íntimos y secretos. Habitamos cada uno de los rincones de nuestras moradas donde vivimos. Mientras los hábitos cambian, las familias se modifican y las costumbres y estilos de vida evolucionan, la producción arquitectónica intenta acompañar las transformaciones y nuevas instancias de vida, como puede y de a intervalos. Los recintos que en su momento se pensaron para ser utilizados de una determinada manera, lentamente han comenzado a ser obsoletos y descontextualizados. A medida que transcurre el tiempo, los infinitos usuarios reconocen sus nuevos hábitos y conductas mientras la arquitectura incorpora nuevos grados de profundidad proyectual que pueden resolver las demandas sociales.

Habitamos espacios donde lo doméstico, lo diario, lo que acontece en la intimidad de la vivienda individual, se funde y se relaciona con lo exterior, con lo ajeno. Con nuestros proyectos y construcciones damos cumplimiento a las finalidades y demandas que provienen de la sociedad. Repensamos los espacios para cocinar, conversar, leer, dormir, escuchar música, contemplar el entorno, conversar y relacionarnos con el otro. Pensamos los momentos y cada uno de los lugares de las viviendas con el la certeza de que no son utilizados en su totalidad y, en muchos casos, sólo los mantenemos por el valor simbólico que conllevan.

Modos de Habitar 1

Habitamos preexistencias, objetos obsoletos, singulares y abandonados a los cuales les reconvertimos su uso en busca de una nueva identidad que pueda reemplazar la original, ya añeja y olvidada. Operamos sobre edificios en desuso, caducos y desatendidos que, en su momento, fueron construidos para satisfacer una realidad que no tiene vigencia en el mundo actual. Sobre estos elementos agregamos, depuramos, limpiamos y superponemos lo necesario sin perder la identidad arquitectónica de origen. La transformación sobre lo existente debería trascender hacia el entorno inmediato y estimular nuevas instancias de ciudad que generen nuevos valores y nuevas interacciones sociales.

Habitamos espacios colectivos donde el encuentro casual y espontáneo se produce en cada esquina, en cada espacio de uso público que aglutina y separa unidades de vivienda. Proyectamos realidades concretas en las que cada uno de los usuarios pueda volcar sus deseos. Habitamos cada uno de los espacios autónomos de condiciones y determinaciones que se producen en los conjuntos de viviendas, dotándolos de libertad y flexibilidad programática. Los corredores se transforman en espacios públicos, los sistemas de circulación vertical en lugares de encuentro casual.

El mundo compartido del espacio común evoluciona y se transforma en todo lo necesario para brindar un diferencial colectivo que les genere un mejor vivir.

En ocasiones, la participación activa de los usuarios es incorporada como herramienta que puede transformar los edificios en el tiempo, agregando nuevos espacios privados que aumenten la superficie de origen y dicha transformación es visible. Conscientes de que para el normal desenvolvimiento del uso diario los usuarios necesitan que las superficies sean amplias y generosas, implementamos estrategias que puedan agregar las áreas necesarias por debajo, por arriba, por el costado, por donde sea con tal de incrementar lo mínimo y transformarlo en espacios dignos de habitar.

Los espacios que generamos pueden llegar a modificar hábitos, costumbres y estilos de vida. Mientras el modelo de familia nuclear parece haber cambiado y fragmentado debido a causas demográficas, al avance tecnológico, a causas sociales y económicas, múltiples formas de concebir el hogar surgen desde las propuestas arquitectónicas.

Atentos a los cambios estructurales en la forma de producir y trabajar, atentos a usuarios solitarios, atentos a los cambios producidos en el rol (socialmente) asignado a las mujeres, cada vez menos doméstico y más público, las viviendas deben adecuarse con inteligencia y creatividad. La modificación en la familia tipo, hoy diversificada, inestable y en transformación continua, junto a los cambios en la expectativa de vida –un creciente número de personas mayores requiere de un habitar acorde a su condición–, han incorporado una nueva dimensión de pensamiento proyectual que debe ser trasladada a la producción del taller.

Habitamos paisajes, territorios, naturalezas de todo tipo. Cada uno aloja las múltiples arquitecturas posibles, la que contrasta con el paisaje, la que se mimetiza y lo incorpora como propio, la indiferente o la que intenta ser naturaleza y fundirse en ella. Imaginamos cómo deber ser el adecuado acercamiento y relación, cómo debe comportarse el edificio para lograr su preciso cometido.

Modos de habitar 2

Las grandes extensiones naturales, las superficies líquidas y montañosas, las selváticas, las planicies y desiertos junto a los eternos horizontes brindan los contextos ideales en donde producir otras alternativas de arquitectura, con otro tipo de influencias e intenciones. Arquitectura y la nada. Pero también existen otros paisajes, los paisajes urbanos reconocibles en los grandes vacíos, en los espacios públicos, en los perfiles y siluetas que a la distancia, junto a la ineludible perspectiva, posibilitan contemplar la compleja dinámica de las ciudades. Paisajes, territorios vírgenes y lugares remotos vinculados al turismo, a la producción, al ocio.

Habitamos el vacío. Vacío entendido como volumen de aire que adquiere su propia identidad en la medida en que los objetos y usos que lo habiten logren abrazarlo o rodearlo, conducir y tensionar, comprimirlo, liberarlo, minimizar o engrandecer su potencial. Espacios heterogéneos que entretejen una red de relaciones funcionales. Espacios dinámicos que fluyen en vertical, horizontal, diagonal, hacia todos los lugares posibles que han establecido los límites impuestos.

La noción de espacio ha sido desplazada por el tiempo y ha roto todas las dualidades clásicas: ni adentro ni afuera, ni público ni privado, ni hombre ni mujer. El espacio es aquí y ahora. Una nueva pluralidad del espacio interior posibilita que todo esto ocurra con distintos grados de libertad y adecuación.

Habitamos en comunidad donde las funciones se comparten, donde la diversidad programática adquiere valor y significado. Es en los puntos de encuentro donde se produce la fricción e interacción urbana. Los distintos usuarios se vinculan y especulan con trascender en los intersticios. Existen infinitas áreas comunes, aquellas del trabajo, del descanso, del estudio, de la salud, del ocio, de todo lo necesario para que la comunidad crezca y evolucione. Edificios en donde se puedan desarrollar practicas comunitarias y cooperativas. La arquitectura tiene una vocación pública, colectiva, urbana y puede ser utilizada para construir distintos ecosistemas. La implementación de sistemas modulares puede generar redes abstractas de organización.

Habitamos en las alturas. Con el objetivo de alcanzar el límite vertical que nos dé una perspectiva distinta de las ciudades y el paisaje urbano que ella genera, las ciudades transitan el inexorable camino de la densificación. La arquitectura como pieza urbana explora los nuevos modos de vida y la densidad en la verticalización de la ciudad, generando la mixtura de usos entre el espacio privado y el espacio público en las alturas.

La posible mixtura de usos que relaciona distintos modos de habitar, permanentes, efímeros y circunstanciales, productivos y formativos puede ser reflejada a través de discursos visuales que alientan la homogeneidad o la diversidad visible y reconocible. Tácticas y estrategias son incorporadas para establecer un nuevo diálogo en los mundos compartidos verticales que se posicionan en los núcleos urbanos.

Habitamos cada una de las infinitas ciudades. Todas particulares, todas distintas, todas iguales. Las ciudades deben contribuir a la sustentabilidad del sistema, pues son estas concentraciones humanas las que más recursos consumen y más polución generan. La capacidad de coexistencia de las ciudades facilitará la cohesión social y generará barrios mezclados donde se puedan satisfacer las necesidades culturales, sociales y económicas, favoreciendo la tolerancia e integración entre las personas que los habitan.

La planificación estratégica de los proyectos urbanos que realizamos intenta implementar un uso eficiente del suelo. Densidad sin hacinamiento. Espacios públicos abiertos y sustentables, movilidad y transporte eficiente, arquitecturización de los entornos en relación a lo propuesto y a una mirada futura que trascienda las circunstanciales administraciones.

Para cada uno de estas instancias de habitar existen múltiples modos. No hay un modo para posicionarse. Habitamos nuestro tiempo y consecuentemente la arquitectura contemporánea que se produce. Habitamos el futuro con la voluntad de anticiparnos a los cambios. La vivienda es el tema central de la arquitectura y es allí donde se producen, en mayor o menor escala, los encuentros posibles. La actualidad está caracterizada por una relación cada vez menos estable con los lugares y con esa certeza, trabajamos desde la intimidad del taller. Existen familias de lazos de sangre y familias surgidas de otros vínculos. Las nuevas viviendas no solo deben agregar valor por medio de la innovación, sino que también deben aproximarse a la diversidad de nuevas formas de vivir mediante la flexibilidad de sus espacios logrando conseguir la sustentabilidad, demandada por los usuarios y requerida por las administraciones. Las nuevas instancias programáticas deben intentar trascender el plano estético aunque puede existir un campo de acción en el que se reconozca la oportunidad para generar nuevas imágenes de los conjuntos.

Los nuevos modos de habitar que proyectamos y construimos deben estar preparados para contener a las sociedades nómadas que ven en el movimiento y la migración una oportunidad de nueva inserción o búsqueda de identidad. Las personas buscan ser muchas personas, vivir muchas vidas, moverse, rotar, trasladarse. El concepto de habitar va mucho más allá de la idea físicamente concebida por medio de espacios concretos con muros y techos visibles. Ya no es solo en la intimidad de la vivienda o en los espacios públicos en donde se produce el encuentro sino que existen otros campos y nuevas instancias espaciales. La sociedad habita también en las redes sociales, en la cultura y en cualquier dispositivo que nos permita relacionarnos. Incorpora la aceleración de los avances científicos y tecnológicos junto a su incidencia en la forma de vida por medio de la comunicación multimedia.

Los dispositivos son vida en interacción. La revolución digital está cambiando en forma decisiva los asentamientos humanos y las formas tradicionales de vida.

Habitamos mundos infinitos. Intentamos diseñar edificios y proyectos urbanos que estimulen el crecimiento sostenido, fruto de la articulación de políticas urbanas que favorezcan los distintos niveles de desarrollo, como un desafío que debemos incorporar para generar una ciudad más moderna, contemporánea, bella y justa.

 


Publicación

Publicacion Concepto 2020 MLDNDAl final del ciclo, una publicación compilará los trabajos realizados y elementos destacados que pudieran surgir durante el proceso. El objetivo es generar un registro que sirva de referencia y permanezca al alcance de aquellos que se interesen por las temáticas abordadas en el Taller.